El Viernes mi telefono suena estrepitosamente, al otro lado de la linea está Cesar Augusto y me lanza el siguiente comentario:
- Vamonos a Valparaiso mañana?
- Ya! - le digo yo.
Y asi fue como ese mismo dia en la noche, nos juntamos a beber y preparar todos los pertrechos necesarios para nuestra aventura en la Galia Celtica, tierra de lo que considerabamos hasta ese momento, barbaros.
Despunto el alba y marchamos por la Via Apia, dejamos atras las paredes del centro del mundo civilizado y nos lanzamos a la conquista de la provincia.- Vamonos a Valparaiso mañana?
- Ya! - le digo yo.
Y asi fue como ese mismo dia en la noche, nos juntamos a beber y preparar todos los pertrechos necesarios para nuestra aventura en la Galia Celtica, tierra de lo que considerabamos hasta ese momento, barbaros.


Seguimos adelante mas resueltos y decididos que nunca, nada ni nadie se interpondria en nuestro camino, dejamos atras las bestias y nos internamos a pie en lo mas denso de sus aldeas y bosques, gracias a que somos cuidadanos del Imperio y a que viajaba nada menos que con El Cesar, no tuvimos hasta ese momento ningun tipo de dificultad con salteadores, bandidos o guerreros tribales.

Una vez que llegamos a la costa, nos encaminamos al Puerto, examinamos su rutina y charlamos con las aldeanas, que notablemente manejaban muy bien nuestro idioma, y cumplimos con los protocolos de rigor, esto es un intercambio, para que notaran que estabamos en paz y luego nos encaminamos a una suerte de embarcadero, bastante precario y primitivo, unas escalinatas que acababan en el mar.


Nos adentramos en la llanura, hasta llegar a un lugar con unas pequeñas lomas y construcciones muy rusticas, debido quizas, a que como se les conoce por su bravura, no tengan mas virtud que la fuerza bruta.
Tierra curiosa, llena de construcciones, recovecos y unas suertes de callejuelas. De pronto, efectivamente conocemos a uno de sus jefes guerreros, hombre parco, de una envergadura regular, de ceño fruncido y mucha fealdad, estaba pintado completo de verde, al igual que dos de sus capitanes que lo acompañaban. Portaba una suerte de vara, con la cual ejercia la fuerza y la autoridad. Cuando noto que eramos romanos y que su investidura y poder no surtia el efecto esperado en nosotros, es que desiste recurrir a la fuerza, tal vez prevenido de ante mano, que los Legionarios jamas rehuimos el combate y poseemos toda suerte de tecnicas e ingenios destructivos.
Una vez que estos curiosos guerreros se marchan, es que decidimos volver a la Galia Celtica, motivados por un rumor que hablaba de una aldea muy avanzada, que emanaba su poder y sabiduria a las comarcas cercanas.

Una vez que estos curiosos guerreros se marchan, es que decidimos volver a la Galia Celtica, motivados por un rumor que hablaba de una aldea muy avanzada, que emanaba su poder y sabiduria a las comarcas cercanas.
Efectivamente, dimos con la aldea y conocimos uno de los inventos más elaborados jamas desarrollados por hombre alguno. Tecnologia que por si sola era comparable a lo mas notable de Roma. Un ingenio mecanico con forma de serpiente, hecho de laminas de metal y cristal, que se abria camino por debajo de la tierra.
Presas de una curiosidad inmensa, es que luego de cerciorarnos que esta bestia mecanica no era mortifera y que la gente en su interior no moria, es que ingresamos a ella espadas en mano. Una simple medida de precaucion.
No sentimos ningun miedo en nuestro recorrido por tan inverosimil lugar, dejamos en alto el nombre de nuestra querida y sin par, Legio XX Valeria Victrix.
Una vez que nos hartamos de recorrer las entrañas de la tierra, decidimos salir de esta singular serpiente mecanica y compartir nuestras impresiones acerca del viaje, los barbaros y especialmente, sus mujeres. El camino de vuelta a Roma fue de lo más grato, porque teniamos mucho de que conversar y tomar notas, ademas, puedo afirmar con certeza, que el sacerdote de las torres, con sus hechizos y brebajes, nos dio la mejor de las fortunas, ya que cuando iniciamos la ruta de regreso, vimos un acontecimiento celestial, el eclipse lunar.
Los Dioses hablan claro a traves de sus señales, El Cesar debe conquistar las Galias y someterlas bajo su poder y proteccion.
-Romani quidem artem amatoriam invenerunt-