Esta foto es una representacion, una figura de aquellas sordidas noches en que el Joven Daniel y yo, salimos a beber. Claro, la wea siempre empieza como caballeros, llamandonos mutuamente la atencion de sobre como debemos comportarnos esa noche, para no terminar como siempre, dando el jugo maximo. Obviamente en tan esopecial compañia, nada puede ser tranquilo, apacible o mesurado. Es un viaje de ida al vicio y la ranciedad maxima, y que gracias a Carlos Marx, desde hace hartos meses no termina en Lo Prado, Cerro Navia o el Puente Pio Nono.